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¿Cómo afrontar la tarea cotidiana sin que el estrés laboral nos deteriore?

imagesComo arquitectos de nuestro futuro, abordaremos aspectos que hacen al malestar en el ámbito del trabajo y alternativas que nos permitan afrontarlo facilitando desarrollar creativamente nuestro desempeño cotidiano.
Para ello comenzaremos reflexionando sobre algunos interrogantes:

  • ¿El proyecto laboral es el proyecto de vida?
  • ¿Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir?
  • ¿El trabajo es salud?

Voy a contarles algunos aspectos de mi desarrollo laboral profesional que, al mismo tiempo permitirá me conozcan y estimo nos ayudarán a adentrarnos en los temas que nos ocupan.
Mi primer trabajo profesional fue como maestro de escuela. Al iniciarme en la tarea estaba convencido que era lo mejor que me podría pasar en la vida. Las primeras suplencias me llevaron a recorrer diversas escuelas, en ellas me encontraba con unos personajes particulares: las secretarias.
En general eran maestras que habían decidido no ejercer nunca más frente al grado. Me pregunté: “¿Cómo puede ser que una persona, después de determinado tiempo, llegue a rechazar este rol?” Conversando con ellas descubrí que en su mayoría habían empezado su carrera como maestras trabajando desde el entusiasmo, desde ilusiones iguales a las que teníamos mis compañeros y yo cuando terminamos quinto año del magisterio. También nosotros en el camino nos íbamos a dar cuenta de que por más buena voluntad que tuviéramos, nuestra capacidad de acción se iba a ver limitada.
Hoy sabemos que uno de los “factores de riesgo” del estrés laboral remite a la subjetividad de cada profesional o sea que depende de los propios ideales en relación a la tarea. Las investigaciones que rastrean las características de las personas más propensas a ser afectadas señalan la amplitud y aun el exceso de aspiraciones en lo que se refiere al cumplimiento exitoso de la tarea a pesar de la adversidad de las situaciones en las que se actúa. Así cobran relevancia, a la par de las expectativas de cada uno, la situación de contexto tanto institucional, sociopolítica, económica como cultural.
Ahora bien. ¿Qué hacen los deportistas en su trabajo? La mayoría de nosotros tenemos conciencia de que, además de haberse capacitado, entrenan cotidianamente, se preparan física y nutricionalmente. Antes de una competencia se concentran como parte de su preparación.
Así es que nos parece normal que un jugador de pelota, un deportista y un artista requieran de un entrenamiento permanente y un cuidado especial antes de sus presentaciones.
Me pregunto entonces:

  • ¿Cuál es el entrenamiento que requiere vuestro trabajo?
  • ¿Quién se encarga de vuestra formación permanente?
  • ¿Cuál es vuestra rutina de ejercicios cotidianos para no lesionarse en la cancha?

Estas lesiones (patologías) tienen que ver con el agotamiento espiritual, emocional, y físico que aparece en la vida de ciertas personas en su trabajo y que ocasionan una declinación en su capacidad para experimentar satisfacción y/o para cuidar de otros.
El proceso puede tomar desde semanas hasta años antes de manifestarse. En cualquier caso podemos reconocer una secuencia de tres momentos:
1. Seducción por la puesta en marcha de la actividad elegida, por el camino hacia el logro de metas.
2. Con el pasar del tiempo comienza la adaptación a las posibilidades que ofrece el medio en detrimento de las ilusiones. Cuando acaece un empobrecimiento de las expectativas no metabolizado adecuadamente nos encontramos con el surgimiento de síntomas, tanto físicos como psíquicos. Se va perdiendo el entusiasmo inicial y aparece el tedio en el desempeño del rol. Es el comienzo de la llamada “fatiga profesional”.
3. En el tercer momento las defensas colapsan y la enfermedad se instala, entonces las personas aceptan las frustraciones desde la resignación y el malestar como parte de lo cotidiano. Suelen retraerse o estar malhumorados casi todo su tiempo laboral. Pierden la capacidad de sentir empatía por otro, degradando su posibilidad de sentir y de cuidar.
Otros síntomas que ponen evidencia el “burn out” o estrés laboral suelen ser: la creciente dificultad para la toma de decisiones, la merma en la creatividad y en la búsqueda de nuevos recursos, mayores esfuerzos para lograr concentración y un aumento significativo de las situaciones de olvido. Estas situaciones suelen generar sentimientos de perplejidad, irritación, enojos, sensación de impotencia, llegando a aborrecer la actividad laboral. Llegamos justamente al quiebre de la vocación, de la identidad laboral que es lo que consideramos quemada.
Reconocemos también la presencia de diversos factores que suman a la instalación del burn out: instituciones que imponen altas sobrecargas de tarea, entornos desfavorables, horarios excesivos, falta de reconocimiento, o peor aún, excesos en las críticas de los superiores jerárquicos y de los pares. Esta sumatoria pone en riesgo tanto la integridad como el desempeño de las personas.
Reconocida la necesidad de una instancia de cuidado, hemos llegado a la pregunta por el “cómo”

  • ¿Cómo trabajar para mejorar la calidad de vida?
  • ¿Cómo instalar este trabajo entre nosotros?

En desafío es la búsqueda de alternativas creativas para poder encontrar las maneras de mirar el mundo de posibilidades que es el futuro sin que el pasado actúe como cristal turbio, Concebir cada obstáculo como una nueva oportunidad, habilitar el contacto con nuestras emociones y con la creatividad, experimentar la satisfacción de apostar a los proyectos propios, retomar el contacto con los deseos, salir del aislamiento incorporando a los otros como aliados, descubrir la propia potencialidad, sostener y/o recuperar la alegría y la esperanza en las tareas cotidianas para posicionarnos como arquitectos de nuestro futuro.
La experiencia a realizar consistirá en una charla interactiva donde a través de diversas actividades creativas y lúdicas abordaremos la temática del estrés laboral incorporando las vivencias de los participantes, generando una red de intercambio y confianza que permita elaborar los conflictos así como incorporar herramientas que faciliten el quehacer cotidiano integrando la información a la vivencia en el camino de la formación permanente.
Síntesis y adaptación del Artículo: “Burn out: Desgaste por empatía. Trastorno de Stress Post-Traumático” de Guillermo Augusto Vilaseca para FLACSO Uruguay
Guillermo Augusto Vilaseca Psicólogo de la Universidad de Buenos Aires, Terapeuta EMDR, Psicodramatista, Psicólogo Social y Profesor de Matemática, Física y Cosmografía.
Fue Presidente en la Sociedad Argentina de Psicodrama.
Su interés en el desarrollo permanente de las personas lo ha llevado a Investigar y crear en áreas sensibles como: estrés post traumático; dispositivos transdisciplinarios de supervisión; talleres de varones; grupos de entrenamiento en estrategias de cambio y dispositivos de reinserción profesional además de su práctica clínica cotidiana.
Es ponente invitado en instituciones nacionales e internacionales.
Publicó el libro: «Por qué los hombres no entendemos a las mujeres».
Dirige los sitios web: www.guillermovilaseca.com.ar ; www.varones.com.ar y www.clinicasgrupales.com.ar

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