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Primer Conversatorio Organizacional de Masculinidades

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Buenas tardes, ante todo quiero agradecer a Gladys Adamson por la invitación a este espacio de intercambio y diálogo sobre un tema que me convoca desde ya hace más de 50 años: la subjetividad masculina.
Hoy 28 de junio del 2019 les puedo decir que soy un cis varón que a la semana de conocer a una cis mujer allá por los años 80 se lanzo con ella a la aventura de compartir la vida cotidiana. Bajo el mismo techo en ese devenir nos dimos cuenta que éramos una pareja rara. A ella le gustaba ver fútbol, a mí no me interesaba, ella no puede ver tele si no tiene el control remoto en su poder, a mí me gusta conversar extensamente y tuve que aprender que la ventana para los diálogos con ella era acotada, ella también podía estar con la mirada perdida sin pensar en nada y yo era el que sabía cocinar.
Jocosamente en esa época nos dijimos: somos una pareja homosexual encubierta en un intento de darle cierta coherencia a lo raro del vínculo que no encajaba en las pautas convencionales.
A los 7 años de convivencia, cuando quedamos embarazados, nos ceñirnos a la norma y decidimos casarnos de apuro.

En la época que nuestras hijas eran pequeñas no logre que la matronatación fuera bautizada de otra manera, aunque si logre que me admitirán en las clases.

Hoy nuestras hijas ya son mujeres que me guían en la bibliografía para mantenerme joven intelectualmente. Me desempeño cotidianamente como terapeuta, coordinador de grupos de reflexión para varones y capacitador en tema de género, estrés, reciclado, reinserción profesional, así como los grupos de supervisión y de cuidado de los cuidadores.

Pensando en el título del encuentro:
Un espacio diseñado para debatir sobre la renuncia a los privilegios y el proceso de deconstrucción.

Se me ocurrió tomar dos ejes:

Primero La idea de renunciar a los privilegios que  me llevó a releer el último párrafo de Teoría King Kong de Virginie Despentes. Lo comparto con Uds:

«Cuestión de actitud, de valentía, de insumisión. Hay un tipo de fuerza, que no es ni masculina, ni femenina, que impresiona, enloquece, tranquiliza. Una facultad de decir no, de imponer sus opiniones, de no esquivar el bulto».
«Por supuesto que ser mujer es penoso. Miedos, apremios, imperativos de silencio, llamadas a un orden que ya lleva mucho de caduco, festival de limitaciones imbéciles y estériles. Siempre extranjeras, que se tienen que bancar el laburo de mierda y proporcionar la materia prima con la cabeza agachada… Pero, comparado con lo que es ser hombre, parece una risa… Porque, al final, no somos las más aterrorizadas, ni las más desarmadas, ni las más trabadas. El sexo del aguante, de la valentía, de la resistencia, siempre fue el nuestro. No es que nos hayan dado a elegir, de todas formas».

«La verdadera valentía: confrontarse con lo que es nuevo. Posible. Mejor»

«El feminismo es una revolución»

«El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres, para los hombres, y para los demás. Una revolución, ya en marcha. Una visión del mundo, una elección. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a las pequeñas conquistas de los hombres, sino de mandar todo bien a la mierda.»

En segundo lugar tomo lo que entiendo por el proceso de deconstrucción que me remite a un aspecto del pensamiento de Enrique Pichón Riviere.

La crítica de la vida cotidiana, pero no sólo como reflexión teórica sino como práctica de intervenciones y generación de dispositivos grupales de reciclado.

Sin duda en esa práctica debemos tener muy en cuenta la resistencia al cambio que atrapa a ciertos movimientos transformándose en cómplices de lo mismo que se supone pretenden transformar.

Evocando el proceso de investigación acción en relación a la problemática de género que sigo desarrollando en mi vida cotidianamente, en los grupos de reflexión entre varones, a través de la dirección de los sitios web sobre el tema, etc. me pregunté qué hitos de este camino tenía sentido compartir con Uds. hoy,  entendiendo que el trabajo de deconstrucción se hace día a día en las oportunidades que vislumbramos, desde los intersticios, desde las márgenes, apostando a generar acontecimientos que contribuyan al cambio.

Me deje llevar por los recuerdos que me resultaron más significativos en la medida que implicaron sostener la interrogación, el cuestionamiento a lo establecido, revelaciones, descubrimientos, irreverencias, intuiciones, en un recorrido por terreno sin mapa, aunque tal vez con una brújula.

A los 20 años siendo maestro de grado en Villa Lugano. Estamos hablando de los años 70, hace más de 40 años, convoco a una reunión de padres en el inicio de las clases. Allí conozco a todas las madres de mis alumnos así como la vigencia del contrato que ellas y sus parejas sostienen: ellas deber de ocuparse de la crianza de los hijos. Desde mi hambre de Padre como hijo de esa generación le consulto a la directora que sentencia: » Es así»
No satisfecho decido hacer una nueva convocatoria en horario especialmente adecuado donde cito especialmente a los padres varones.

Se rompe la complicidad. Los padres intrigados asisten y toman otro lugar en el vínculo con sus hijos.
Sin duda fue un acontecimiento que trajo muchas repercusiones en la educación de esos alumnos y en esas familias a lo largo de los trabajos conjuntos que realizamos.

Cuando conocí a Pichón Riviere y sus teorizaciones, supe que había sido una intervención desde la crítica de la vida cotidiana que habilitó cuestionar algunos de los roles de varones y mujeres en la familia. Tímidamente y en la práctica misma había cuestionado el contrato matrimonial.

Hoy entiendo la reacción del director que me intenta hacer renunciar y que ante la manifestación de padres y madres en la escuela me dice. Termina el año y elegís otra escuela o te denunció a la triple A.

Será por eso que pasaron muchos  años hasta que en democracia se me ocurrió escribir un artículo Vamos a tener un bebé, broche de oro o semilla de la discordia.

Es claro que como terapeuta y Psicólogo social siempre me preocupo el ritmo, el tiempo de los procesos y la salud en tanto adaptación activa a la realidad.

Por eso cuando volvimos a la democracia y me piden una recomendación de una coordinadora para realizar talleres con las mujeres en los pueblos de la provincia de San Luis en ocasión de la semana correspondiente al día de la mujer, planteo la necesidad de hacer un trabajo simultáneo con varones y mujeres. Aposté siempre a construir entendimiento diálogo y no solo exacerbar las contradicciones.

En la UBA sostuvimos durante varios años el seminario: Cuando el príncipe azul y la cenicienta no vuelven. Un espacio donde a través del Psicodrama investigamos las miradas sobre el rol varón y el rol mujer en el pasado, el presente y el futuro próximo.

Cuando entramos en la era de internet  decidí publicar todo lo que se fue produciendo y contribuía, también desde el arte, en este camino de problematización en una web:www.varones.com.ar

La subimos en 1999
Congresos, charlas, seminarios, televisión, radio, periódicos, todos los ámbitos fueron oportunidad para ir discutiendo y debatiendo el lugar que ocupaba y ocupa  el varón. ¿Qué es ser varón hoy? fue y es la interrogación que sostengo en los grupos.

En 2013 me convoca una editorial para que con los  contenidos de la web varones escriba un libro que cuestione los clichés de la masculinidad hegemónica.
Un sueño hecho realidad.

Partí de cuestionar la idea del amor como complemento discutiendo la idea de LA MEDIA NARANJA. Trabajé el tema de la afectividad, la problemática de las hormonas, las posibilidades de expresión y los cambios en las diferentes etapas de la vida.

El tema fue que cuando entregue el manuscrito y me lo pagaron, sorpresa:
Me propusieron un título, un modelo de dedicatoria, un formato de agradecimientos, la invisibilización de la editora y un modelo de presentación que considere opuesto al contenido del libro.

Logre cambiar casi todo, no logre que el libro tuviera un título que apuntara específicamente con el tema de las masculinidades. «Por qué los hombres no entendemos a las mujeres» fue eficaz desde el punto de vista del marketing ya que el libro se agoto en Argentina, México y Uruguay pero no me permitió poner el foco en la especificidad de la psicología masculina y sus contradicciones en la actualidad.

Estamos en un camino abierto en el que se abren y se cierran posibilidades permanentemente. La herencia del patriarcado la vivimos día a día.

Encuentros como el de hoy nos permiten reflexionar, enriquecernos mutuamente y afrontar el desafío de sostener una mirada crítica de la vida cotidiana, activa y comprometida a partir de la cual  respetemos la diversidad desde una perspectiva inclusiva.

Lic. Guillermo Augusto Vilaseca
Psicólogo y Docente.

Autor del libro: «Por qué los hombres no entendemos a las mujeres»

Un comentario en «Primer Conversatorio Organizacional de Masculinidades»

  • Hola Guillermo …. que gusto volver a leerte … desde Rosario te envío mi cariño, admiración y respeto por tu nutridisima trayectoria … y capacidad de generar con tanto entusiasmo espacios siempre renovados para quienes disfrutan de tus encuentros …..
    A partir de una colega que me pide tus datos empiezo a buscar y a chequear tus datos para que lo que comparta esté actualizado y así me doy cuenta que no recibí nada tuyo en estos años porque cambie mi dirección de e-mail !!!
    Te dejo mis mejores deseos en estos tiempos en que el clima de época se siente enrarecido ….

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