Reflexiones

Conversación #2: Tecnología reproductiva y género

picasso-muchacha-ante-el-espejo_1Después de posponer la alarma varias veces, Marina decide comenzar su mañana de domingo. Pone agua para  mate, panes en la tostadora mientras va pensando qué ropa guardará en la valija para las jornadas en Uruguay de ésta semana. Aprovecha para lavar la ropa sucia y planea  cuál será el regalo de cumpleaños que le comprara esa tarde a su suegra, a ver  si este año finalmente evita el “muy lindo, pero yo hubiera elegido…”. La distrae el ruido de la tostadora y vuelve con el desayuno, como siempre el agua le hirvió pero con un chorrito de fría “el gordi” ni se va a enterar.

Ya con la mesa lista, se da cuenta que no lavó su traje de la suerte así que rápidamente lo mete al lavarropas. Saca las milanesas del freezer para el almuerzo y llama a su marido que seguía en la cama. Como todos los domingos, “el gordi” agarra la sección de deportes y ella lee los titulares del diario, uno le llama la atención y lo lee en voz alta:

“Otro embarazo polémico: en Israel nacieron mellizos de dos papás distintos gracias a una fecundación in vitro en la que una mujer donó sus óvulos y otra puso su vientre. Va de nuevo: cada papá puso su semen, que se mezcló con dos grupos de óvulos de una mujer. Al formarse los embriones, se eligió uno de cada hombre y se transfirieron al útero de otra mujer. La pareja es gay, la donante de óvulos anónima y la que puso su cuerpo es una amiga que, asegura, participará en la crianza de los dos varones. Dicen los especialistas que científicamente es posible. Pero éticamente cuestionable.” (http://www.clarin.com/sociedad/mellizos-dos-papas-mamas-fertilizacion_0_1339666048.html)

Su marido se queja, dice que no puede entender cómo hay mujeres que dejan a sus hijos para ser criados por otros,  manifiesta no entender cómo personas pueden concebir que sus hijos vivan con uno de sus padres y su pareja,  dejando a la madre en el lugar de visita..  Comienza a elevar la voz diciendo que lo que ocurría era antinatural y pregunta ¿Quiénes son los padres de estos niños?

Marina deja de escucharlo ya que se le quedó impregnada la palabra “antinatural”, la  misma que usó su madre cuando le contó que se había hecho un congelamiento de óvulos. Marina comenzó a revivir en su cuerpo aquello que sintió cuando le explicaba a su madre que fue un acto de amor, que a pesar de su falta de ganas, decide operarse para darle un  lugar a los deseos de su marido. Se da cuenta que es esa misma sensación es la que se le repite cuando se encuentra con amigas, familiares, compañeras de trabajo cuando le dicen “vas a entender cuando tengas hijos”. Le agarra un escalofrío ya que recuerda la frase que solía usar su padre  “serás lo que deberás ser o no serás nada”

-“Amor me escuchas, te estoy hablando, ¿en qué estás pensando?” – la interrumpe el marido. “Que me tengo que poner a trabajar” -ella le responde- “Acordate que a las cuatro salimos a comprar el regalo para tu vieja”.

J: Pasan los años y sigo maravillada como el cuerpo habla.  Cuando hay algo que nos causa mucho dolor o angustia lo reprimimos, intentamos no recordarlo ni pensarlo.  Sin embargo el malestar sigue  escondido, buscando cualquier buena excusa para salir, apareciendo ahí, donde menos uno lo espera: chistes, actos fallidos, sensaciones, enfermedades y dolores corporales.

G: La gran dificultad está en poder escucharlo.  Hay muchas personas que adaptan esos malestares a su vida, los que viven con acidez crónica, colon irritable u otro tipo de enfermedades psicosomáticas. También están aquellos que sí intentan escuchar al cuerpo, pero al ser el camino tan doloroso y prolongado desisten, sin darse cuenta que de ésta manera el dolor puede ponerse otros disfraces, pero va permanecer ahí.

J: También están los que callan al cuerpo con medicamentos, y en lugar de preguntarse a qué se deben esos dolores, pasan de remedio en remedio.

G: La eterna discusión de los médicos y los psicólogos. Mientras los laboratorios invierten cada vez mayor dinero y tecnología para conseguir quitar todo tipo de dolores, la psicología se sirve de los ellos para hablar de lo intolerable. 

J: ¿Cómo es eso?

G: Cuando una persona se presenta en nuestros consultorios con sensaciones corporales o malestares  les pedimos que nos hable sobre ello, a pesar de que parezca que nada tenga que ver con los sentimientos íntimos de esa persona. A medida que se va trabajando con ello vemos cómo las sensaciones del cuerpo se relacionan con aquel dolor profundo del que parece no estar advertido.

J: Lo que le pasa a Marina es un ejemplo perfecto. Cuando su madre no avala que ella se haya realizado el congelamiento de óvulos y cuando las mujeres que la rodean le dicen “ya vas a entender cuando tengas hijos” ella tiene la misma sensación corporal.

G: Claro, en ambas situaciones ella se siente cuestionada por su deseo, o no deseo, de tener hijos.

J: Y no podemos pensar que es casual que en ese mismo instante resurjan las palabras de su padre  “Serás lo que debas ser o no serás nada”. Para  Freud, la función del padre es transmitir la ley de la cultura y la familia.  En el caso de Marina pareciera que la ley que circula en su familia supone un modelo de mujer que por naturaleza debe querer procrear.

G: Imaginate lo fuerte que debe ser ésta herencia familiar para Marina que cuando el marido le pregunta qué estaba pensando, ella no pudo decir nada.

J: A mí me quedó resonando el hecho del congelamiento de óvulos como un acto de amor. Como si ella estuviera diciendo “ya voy a ser esa mujer que vos y esta sociedad quieren que sea, bancame unos años” 

G: Como Marina, todos  estamos atravesados por nuestros mandatos sociales y familiares, el tema es que hacemos con ello.

J: ¿y de qué depende eso?

G: No es algo lineal. Puede pasar que una situación, persona o sensación nos genere incomodidad o asombro,  y que eso nos da el pie a empezar a preguntarnos por lo obvio, ese sentido común que como dice el dicho, es el menos común de los sentidos. A veces, ese cuestionamiento da lugar a uno pueda abrirse a lo nuevo y atreverse a desafiar lo establecido a pesar de la mirada social. 

J: ¿Cómo el caso de los israelíes?

G: Claro Los avances tecnológicos cuestionan los estereotipos género. Que una mujer no quiera tener hijos o a que dos hombres decidan formar una familia sea considerado anti natural, demuestra cómo los modelos de hombre y mujer están fijos en esta sociedad.  

J: Yo no puedo creer que en la generación de los divorcios y las familias ensambladas, «el gordi» critique que los hijos vivan con uno de sus padres y su pareja y que el otro solo vaya de visita. 

G: Hay que reconocer que si bien existen separaciones saludables que logran discriminar  los problemas de pareja de los hijos, muchas veces los padres centralizados en sus problemáticas pierden de perspectiva las verdaderas necesidades del niño, generando que los hijos no se sientan cuidados o hasta un punto abandonados.

J: Pero ello va mas allá del sexo que tengan sus padres.

G: Sin duda, desde hace años la  psicología plantea que padre y madre son funciones. Es decir que no importa quienes son los padres biológicos sino quienes son las personas que se encarga de sus cuidados y de transmitir las reglas de la propia familia y su cultura.

J: En ese caso  no sería un problema que sean dos hombres los críen y cuiden a sus hijos.

G: No desde la psicología pero ¿Qué pasaría desde lo biológico? Imaginemos que le hacen a los mellizos un estudio de sangre, los resultados arrojarían que cada niño es hijo de otro padre y que su madre es aquella donante que desconocen. Dejando a la amiga, donadora del vientre, por fuera de lo que sería el grupo familiar.

J: Y ni hablar desde lo religioso. No es un dato menor que la pareja es Israelí. País que se rige por la ley judía (Halajá) practicada por el 79% de la población. Ésta dice que es judío quien nace de un vientre judío. De esta manera el judaísmo define que madre es quien pare al niño y  pero también aquella que le otorga su identidad religiosa,  que en este caso sería la amiga de la pareja, quien no convivirá con estos niño.

G: Te digo que ya me maree.

J: Y eso que ni hablamos de leyes.

G: ¿Sabés lo que yo creo? Que más allá de la biología, la psicología y la religión lo que más destaco de ésta pareja es su deseo y esfuerzo en tener hijos.

J: Al final y al cabo eso es lo más importante para que los niños crezcan y se desarrollen saludablemente.

G: Me estoy quedando sin batería en la computadora, pero quiero que me cuentes bien lo de las leyes otro día.

J: Quedamos así. Te mando un beso

G: Otro  
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