Porque si llega, cuando llegue,
llegará como es:
fácil, claro, sencillo,
sin grandes resplandores,
sin que la tierra tiemble,
sin que el cielo se nuble.
Será suave y fraterno
con su mano en tu hombro.
No habrá cambiado casi nada:
sólo tu corazón.
Raúl Gustavo Aguirre