Sonata con algunos pinos
Al semisol de largos días
arrimemos los huesos cansados
olvidemos a los infieles
a los amigos sin piedad
el sol vacila entre los pinos
olvidemos a los que no saben
hay tierras dentro de la tierra
pequeñas patrias descuidadas
no recordemos a los felices
olvidemos sus dentaduras
que se duerman los delicados
en sus divanes extrapuros
hay que conocer ciertas piedras
llenas de rayos y secretos
amanecer con luz verde
con trenes desesperados
y tocar ese fin de mundo
que siempre viajo con nosotros
olvidemos al ofendido
que come una sola injusticia
los arboles dejan arriba
un semicielo entrecruzado
por alambres de pino y sombra
por el aire que se deshoja
olvidemos sin arrogancia
a los que no pueden querernos
a los que buscan fuego y caen
como nosotros al olvido
no hay nada mejor que las ocho
de la mañana en la espuma
se acerca un perro y huele el mar
no tiene confianza en el agua
mientras tanto llegan las olas
vestidas de blanco a la escuela
hay un sabor de sol salado
y sube en las algas mortuorias
olor a parto y pudridero
cual es la razon de no ser?
a donde te llevaron los otros?
es bueno cambiar de camisa
de piel de pelos de trabajo
conocer un poco la tierra
dar a tu mujer nuevos besos
pertenecer al aire puro
desdeñar las oligarquias
cuando me fui de bruma en bruma
navegando con mi sombrero
no encontre a nadie con caminos
todos estaban preocupados
todos iban a vender cosas
nadie me pregunto quien era
hasta que fui reconociendome
hasta que toque una sonrisa
al semicielo y la enramada
acudamos con el cansancio
conversemos con las raices
y con las olas descontentas
olvidemos la rapidez
los dientes de los eficaces
olvidemos la tenebrosa
miscelanea de los malignos
hagamos profesión terrestre
toquemos tierra con el alma.
Pablo Neruda