La virtud de estudiar en la vejez
Una encuesta del Centro de Promoción de Adultos Mayores comprueba que el 87% de los alumnos mejoró su estado de ánimo y el 80% manifestó haber cambiado su actitud frente a la vida.
El Centro de Promoción de Adultos Mayores (CEPRAM) midió los efectos de la educación en el bienestar psicológico y social de las personas mayores y comprobó que el 77% de los asistentes recuperó la ilusión de vivir desde que volvió a estudiar, el 87% mejoró su estado de ánimo en mucho y gran medida y el 80% manifestó haber cambiado su actitud frente a la vida, lo cual revela que en la adultez y la vejez los aprendizajes significativos modifican las visiones de mundo.
El CEPRAM es una organización no gubernamental que funciona en la provincia de Córdoba y entre sus proyectos se encuentra un programa educativo que desarrolla desde hace 13 años, el que hoy cuenta con 140 cursos para personas mayores de 50 años y cuya edad promedio de los alumnos -unos 2.000 aproximadamente- ronda los 66 años.
Desde el inicio de las inscripciones para los cursos de este año, el Centro está midiendo y analizando cómo influye el programa educativo en el bienestar psicológico de los mayores y los motivos que los impulsan a seguir estudiando. Hasta el momento se procesaron los datos de 700 encuestas entre alumnos que llegan por primera vez y otros que tienen promedio de cuatro a cinco años de permanencia.
Derrumbando prejuicios
Los resultados de este estudio dan por tierra varios prejuicios que atentan contra un envejecimiento activo, como por ejemplo, que los mayores no tienen metas, no pueden aprender ni modificar visiones de mundo.
Las nuevas generaciones de adultos mayores están derrumbando imágenes obsoletas de la vejez y demuestran que en esta etapa del ciclo de vida las metas también están presentes y vinculadas a la autorrealización, la autoestima y el bienestar psico-físico.
En este contexto se destaca que el 96% de los mayores llegaron a la institución buscando favorecer su crecimiento personal.
“Programas educativos como este facilitan estar actualizado, mejorar la memoria, la atención, estar activo”, explica Andrés Urrutia, coordinador académico del CEPRAM y especialista en adultez y senectud de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Asimismo, entre los motivos que los llevan a inscribirse en los cursos y talleres se destacan:
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Mantenerse activo (98%).
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Mejorar la calidad de vida (92%).
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Actualizarse y estar al día (92%).
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Hacer amigos e insertarse en un grupo (84%)
Momentos de alegría
Respecto al balance de las experiencias vividas:
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94% de los alumnos tuvo mucho y bastantes momentos de alegría y felicidad.
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87% siente que mejoró su estado de ánimo.
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77% recuperó su ilusión de vivir.
En el informe se señala que en los espacios educativos “los mayores buscan mejorar su estado de ánimo, sentirse contenidos, actualizarse, hacer amigos, concretar metas cortas, como un curso. Más que el eficientismo académico, cuenta la eficacia de la calidad del encuentro y de los contenidos valiosos para este momento de sus vidas”.
Asimismo se destaca que “este tipo de instancias de aprendizajes, de compartir con pares, de reflexión, disfrute, los aleja más del ámbito de la salud, en cuanto a espacio negativamente valorado por estar centrado en las enfermedades”.
En este marco, el 92% de los alumnos manifiesta haber crecido personalmente, mucho (55%) y bastante (37%), tras su paso por las aulas.
También el 91% de los encuestados siente que aprendió cosas importantes, como por ejemplo: entrenar la memoria, manejar una herramienta de computación, fortalecer la autoestima, expresarse artísticamente, desarrollar el humor, la sabiduría, tener un criterio más amplio, conocer algo de la cultura, mantenerse activo. Y el 80% afirma que cambió su actitud frente a la vida.
Urrutia manifiesta que: “Cuando los mayores dicen que quieren estar bien, disfrutar y mejorar la calidad de vida, entonces la importancia está regida por ellos y su momento vital. Cuando se habla de las metas en los jóvenes aparece el conquistar lo que no se tiene, pero ellos ya conquistaron, además ya tuvieron hijos, nietos, entonces lo que tienen que hacer ahora, lo que en definitiva hacen es preservar ¿Qué? El cerebro, el nivel de actividad, de autonomía, las redes sociales”.
Recuadro: El bienestar, los amigos y el disfrute
Respecto a las redes sociales, en la investigación del Centro de Promoción del Adulto Mayor, de Córdoba, se destaca que el 86% de los alumnos hizo nuevos amigos “en gran medida”, lo que demuestra que el apoyo social también se construye en las aulas.
“En la medida en que se incorporan cosas significativas, se actualizan, hacen amigos, se tiene bienestar, se está dispuesto a seguir mejorando”, se afirma.
En tanto, en el informe se analizaron tres indicadores: el estado de ánimo, la salud y la vida en general, y se concluye que “la reconstrucción del apoyo afectivo compartiendo un espacio educativo, el aprender cosas nuevas, resignificar experiencias pasadas, comprender los cambios de la edad desde una mirada positiva y concretar metas cortas y concretas, han ido elevando los niveles de bienestar psicológico de los alumnos. Y al mismo tiempo, han dado argumentos potentes para mejorar la percepción sobre la propia calidad de vida”.
POR NATALIA MUÑIZ
Diario Popular, domingo 21 de abril de 2013