Poesías

Cuando me decidí a ser poesía

lemosUn día me dije:
sé poesía.
Para entender las palabras
formadas
divididas
apoltronadas en huesos, y fui poesía.
Fui poesía con ese
cuchillo envuelto en trapos
con la invisible irritación
vencida
la mirada cerrada
las heridas crujientes
la representación ausente, y fui poesía.
Fui poesía borracho
amante
quieto de confusión
entre cientos
con las frases sarpullidas
como erupciones,
como un niño con fiebre.
Fui poesía con la invisible
forma de mis venas
una marca de tinta
una roseta egipcia.
Busqué como tantos
el acertijo,
desdoblé el pensamiento, y fui poesía.
Fui poesía sentida
como un amasijo de barro
como un paredón de fábrica,
lugares para decir
esparcir
la resistencia del verbo.
Fui poesía sonora
papeles con signos
eternos escritos anegados
regalados
pequeños detalles de amor
como boletos perdidos
con esa fibra tierna
de letras y consonantes
hospitalarias.
Fui poesía con el diario
plegado
bajo el brazo
en un tren dormido
con caras cercanas
amistosas
tan comunes en la historia.
Soy poesía
entonces
con el indeleble hilo
entre el hombre y la palabra.

Escrito por: Alejandro Nevio Lemos

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