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El satélite Manolito, en el espacio

El 21 de noviembre se lanzó desde Rusia el segundo nanosatélite de la empresa argentina Satellogic. El satélite, también conocido como CubeSat, ha sido bautizado con el nombre de Manolito en homenaje al famoso personaje de Quino, por su forma cuadrada. David Vilaseca, ingeniero de Satellogic, nos cuenta algunos detalles de este lanzamiento.
 
¿Por qué se decidió hacer el lanzamiento desde Rusia?
El lanzamiento se pauta junto con el de un satélite grande y pesado, que es el que define la órbita y la fecha. El lanzador es un cohete en el que se pone la carga principal y luego quedan un montón de espacios libres.
Ahora existen empresas, que son brókeres, que compran todo ese espacio que sobra, lo fraccionan y lo venden. Nosotros entramos en ese esquema de lo que ahora se ha puesto de moda, que son los CubeSats, son muy chiquitos de uno, dos o tres kilos.
Trabajamos con la empresa de brókeres holandesa que tiene diseñadas unas cajas que llevan los cubesats. No hay muchos países que presten servicio de lanzamiento. El satélite se lanzó desde Yasni, en el sur de Rusia, casi frontera con Kazajistán. El lanzamiento se hizo con una lanzadera de carga rusa que se llama Dnepr y originalmente tenía usos bélicos, para misiles transatlánticos, pero tras la caída de la URSS comenzaron a darle uso civil.
El lugar de lanzamiento es un campo llano de uso militar, donde no hay nada. Se abre una tapa en el piso y sale el cohete. Lo más impresionante es que se expulsa con aire comprimido, sale unos metros de la Tierra y, cuando empieza a caer se prende el motor.
 
¿Cómo se trasladó el CubeSat?
El satélite lo hicimos en Bariloche, en la sede del INVAP, que nos ayudó con todo el desarrollo. De Bariloche salió por correo hasta Holanda, donde lo terminaron de acoplar con otros satélites, y de allí fue a Rusia. Allí se hizo el trabajo de integración del ISIPOD (la caja que contiene el satélite) en el cohete. A partir de ahí no participamos tanto.
¿Qué condiciones impone la empresa rusa para incorporar el CubeSat?
Hay dos condiciones. Una respecto a las comunicaciones: hay ciertas limitaciones y está prohibido transmitir energía en el espectro radioeléctrico hasta cierto tiempo después del lanzamiento. También el lanzador debe saber en qué frecuencia va a transmitir y qué tipo de comunicación va a tener.
Otro aspecto en el que hay que estar coordinado es en el outgassing, ya que todos los materiales cuando están en condiciones de vacío empiezan a emitir gases. Hay cierto tipo de materiales que no se pueden usar y hay que hacer ensayos, y un proceso que se llama baking, que consiste en hornear el satélite para que expulse los elementos durante el experimento y no en el lanzamiento.
Antes de lanzar se hacen ensayos de termo vacío que simula el vacío del espacio y el ciclo térmico que va a sufrir el satélite durante las órbitas. Si le pega el sol puede llegar a estar a 250º y si está en la sombra puede estar a muchos grados bajo cero.
Pasa de frío a calor muy rápido. También se hacen test de estrés mecánico: el satélite se atornilla a una máquina para hacer vibrar toda la estructura simulando el lanzamiento para ver si todas las partes aguantan, que no se deforma la mecánica y que no haya nada flojo que pueda soltarse y romper todo lo de afuera.
Este es el segundo nanosatélite que ponen en funcionamiento. ¿Es cierto que el anterior, Capitán Beto, casi choca con un satélite espía ruso abandonado?
Hay mucha leyenda sobre ese tema. Existe un problema con la basura espacial que está en órbita y que es muy difícil de eliminar. Los lanzadores tienen varias etapas en las que se desprenden de partes. En general la primera cae a la Tierra, pero las siguientes quedan orbitando como basura. A veces quedan tanques de combustible sin usar que desprenden una nube de gotitas y todo eso queda dando vueltas a gran velocidad. La órbita en la que está esa basura se puede llegar a acercar a otras órbitas. A nosotros nos llegó un mail de NORAD avisándonos de que había un tanque de combustible soviético de los años 80 y que podía pasar algo con Capitán Beto. Después de ese aviso vimos en la telemetría del satélite datos del giróscopo que indicaba que estaba girando muy rápido, pero no sabemos que pasó. Con el sistema de estabilización, frenó y siguió funcionando de nuevo.
¿Cuál es el objetivo de Satellogic con la creación de estos nanosatélites?
Queríamos diseñar la mayor parte posible de un satélite. El ejemplo esencial es la computadora de a bordo, fundamental para que el satélite funcione. No teníamos ni la experiencia ni el conocimiento para hacerlo, pero hicimos una y la pusimos dentro de Capitán Beto. Además compramos una computadora que sabíamos que funcionaba y llevamos las dos. Uno de los objetivos era probar nuestra computadora; llevábamos una que funcionaba y otra que queríamos que funcionara. Conseguimos el objetivo, y ahora Manolito lleva nuestra computadora. También estamos probando una cámara para sacar fotos que no sabemos cómo se comporta en el espacio. Para ello se necesita un instrumento bastante caro y nosotros queremos hacerlo de forma más económica. Cada vez se puede participar en la industria espacial con menos capital que antes.
Escrito por Marta Armero, Publicado en Rusia Hoy, 22 de noviembre de 2013
 

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