En aras de supuestos privilegios, los varones están imposibilitados de hablar lo que les pasa – Segunda Parte
Vilaseca coordina grupos de encuentros solo de varones para pensar, compartir angustias, miedos y proyectos, y replantearse pautas culturales. Al respecto destacó que “hoy veo que si bien sigue costando trabajo, hay más permiso para plantearse las cosas y en las reuniones desalentamos girar en falso en temas de deportes, fútbol, política, que en realidad todos reconocen que son maneras de estar sin dar cuenta de lo que a cada uno les pasa”.
Asimismo destacó que ante el planteo de algún integrante de la reunión “no se fomenta que el resto le diga lo que tiene que hacer, como poniendo a la persona en el lugar de no saber o no poder y al resto el lugar de los vivos que tienen la solución, sino se busca la resonancia que trae en los otros ese tema y, una vez que todos pusieron sus cartas sobre la mesa se empieza a pensar el por qué y cuáles podrían ser las diferentes maneras de abordarlo”.
Entre los temas que suelen plantearse comentó que se encuentra la amistad. “Es algo que les importa mucho a los varones, darse cuenta quiénes son los verdaderos amigos, que diferencias hay entre amigos y compañeros de trabajo, pensar que las relaciones de amistad no tienen que ver con lo productivo sino con relaciones de cariño, lo que implica tener que reconocer un plano afectivo con otro hombre” sin que eso connote a otro plano (a la sexualidad, por ejemplo).
También surge “la realización personal, ya no a nivel económico, sino de las cuestiones vocacionales porque todos fueron atravesados de una u otra manera por el mito de proveedor, sesgaron sus vocaciones por otro lado y muchas veces les quedó pendiente”; así como el tema de los vínculos con la madre, el padre, la paternidad; y el dar y recibir.
Escrito por Natalia Muñiz – Artículo completo publicado en Diario Popular el 23/10