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El Puerperio masculino

La revolución que se desata en el posparto no es patrimonio exclusivo de las madres. Los varones también son “puérperos”.

En este día del padre, Experiencia mamá te propone dedicarle una cuota extra de atención a él, para reflexionar sobre lo que le está pasando y acompañarse mejor en esta aventura de tener un hijo juntos.
Acaba de nacer tu bebé. Una revolución pasó (y pasa) por tu cuerpo, por tus emociones, por tu casa y por tu vida entera. Es un momento intenso en todo sentido. Ya sabés qué significa la palabra puerperio y todo lo que te contaron que experimenta una mamá en esta etapa. Pero probablemente no tengas tan claro que los papás también están de pos-parto. Porque, por más que él no haya «puesto el cuerpo» al cien por ciento (como vos) durante el embarazo y el alumbramiento, para los varones estrenar una nueva paternidad tampoco es algo que se vislumbre «allá lo lejos», sino que es un hecho que los atraviesa y les genera un montón de sensaciones.
Para este día del padre, te proponemos dedicar unos minutos a mirar de otra manera al papá de tu hijo, para entender mejor lo que le está pasando a él. No te lo tomes como «un deber más» en un momento en que desbordás de exigencias, sino más bien como un mimo y como un aporte para acompañarse más y mejor en este capítulo tan importante de sus vidas y de la de su bebé.
Tiempos modernos
Hace no tanto tiempo, quizás incluso en la generación de tus padres, regía un modelo social tradicional que ubicaba muy definidamente el rol del hombre como proveedor (material) dentro de la estructura familiar.
Cuando llegaba un hijo a la casa, no surgían demasiadas preguntas porque estaba preestablecido tácitamente cómo repartir las tareas. Al varón le tocaba algo así como asistir a la situación. Era el que salía a trabajar y el que, en casa, debía cuidar a su mujer, para que ella cuidara a su hijo.
Hoy las cosas no están tan de un lado o del otro. La madre necesita contención y ayuda durante el puerperio. No cabe duda de eso. Pero el padre, también.
En la actualidad, es posible verlo con mayor claridad porque la escena se enfoca desde un ángulo diferente. Ya las responsabilidades no son estancas, se definen (y redefinen) en la marcha y en el devenir de cada familia.
Hay papás que trabajan menos que las mamás y los hombres tienen habilitada la expresión de su sensibilidad de una manera que antes no. Sí, ¡los hombres también lloran! Y se emocionan, y tienen miedos, y se sienten ciclotímicos ante una novedad vital que los corre del lugar que hasta ahora ocuparon en sus vidas. Visto así, se entiende mejor que el hombre también necesitaba ser escuchado y contenido durante el puerperio. Por más que, todavía, la Real Academia española no contemple que el sustantivo «puérpera» tiene masculino.
¿Qué le pasa a él?
«Independientemente del contexto en el que llega un hijo a una familia, siempre se trata de un hecho vital y forma parte de un proyecto positivo. Y esto es lo que muchas veces dificulta tener en cuenta que conlleva una cantidad enorme de cambios, no sólo en la mujer sino también en el hombre», explica el Lic. Guillermo Augusto Vilaseca, psicólogo, coordinador de grupos de hombres y director de www.varones.com.ar.
En el cuerpo pasan cosas: muchos hombres engordan, se les cae el pelo y padecen trastornos de sueño es una época de mucho estrés. En lo emocional, también: la sensibilidad aumenta en esta etapa, se descubren sentimientos. Vilaseca puntualiza que, así como habitualmente las mujeres metabolizan con mayor naturalidad eso que sienten, para algunos varones no es una tarea fácil. Porque no suelen estar acostumbrados y se descolocan. De la misma manera en que a muchos papás les cuesta entablar relación con un bebé porque no tienen tanto «entrenamiento» como las madres, quienes seguramente en su infancia jugaron a las muñecas y luego se encontraron en situaciones al cuidado de algún niño.
Para los varones, también son muchos los cambios y desafíos que se presentan cuando nace un hijo. En los últimos años, varias investigaciones demuestran que los padres son susceptibles de padecer depresión postparto. Según un estudio de Universidad Hebrea de Jerusalén, es un cuadro que se presenta en el 17% de los casos.
Aunque hoy está muy bien visto que el hombre participe activamente en la llegada de un bebé (que esté en el parto, que se ocupe del hijo casi a la par de la mamá, etc.), lo cierto es que, aun así, hay situaciones que facilitan que él quede excluido. Para empezar, a los pocos días, él ya retoma la rutina laboral y entra en contacto con un «mundo exterior» que lo sitúa diferente en la nueva estructura hogareña que se está formando. La mujer, en cambio, tiene instituido socialmente que debe quedarse en casa al cuidado de su hijo.
«Pero además -agrega Vilaseca- muchas mujeres, desde el lenguaje le asignan al varón un lugar excluyente. Por ejemplo, cuando dicen ´él me ayuda con el bebé´. En la manera de hablar y de organizar las responsabilidades hay señales del espacio. Si la mujer, tal vez sin darse cuenta, deja afuera al varón, lo aleja. Y esto dificulta el desarrollo del niño, de la pareja, de la familia.»
Algunas claves para acompañarse mejor
• Revisá el lugar que le estás ofreciendo al papá de tu hijo: valoralo expresamente, invitalo a participar, permitile espacios de exclusividad (alguna tarea que sólo él realice con el bebé). No es fácil correrse un poco en este momento, pero a veces es necesario para que el otro pueda hacer su parte.
• Escuchá lo que le pasa: planteale que sabés que le están sucediendo un montón de cosas, preguntale cómo está, qué siente y mostrate interesada en comprenderlo. Contale que la contención que vos tanto necesitás también podés brindársela a él. Seguramente, mencionárselo ya lo va a hacer sentir amparado por vos.
• Partí del diálogo franco: no den por supuestas las cosas, plantéenlas. Hoy por hoy la manera de asumir la crianza y de repartirse en la tarea no es algo preestablecido sino que se construye en el contexto de cada núcleo familiar. Conversar acerca de lo que sienten, de las expectativas y de las necesidades de cada uno es la base esencial para poder negociar y entablar acuerdos en los que ambos se sientan tenidos en cuenta.
Publicado en Experiencia Mamá
 

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