Psicodrama

Los psicodramas nuestros de cada día : Verdades que (N)os sustentan, incertezas que (N)os asombran”

psicodramaverde(Para leer la presentación del tema, ingresar a este enlace, para leer la primera parte, ingresar a este enlace, para leer la segunda parte, ingresar a este enlace)

¿CÓMO JUGAR CON LA IDEA DE ENCUENTRO, DE ACCIÓN ESPONTÁNEA Y CREATIVA, EN EL MUNDO DE LAS ESPECIES SOLITARIAS, DE LAS ARCAS QUE NO ENVÍAN PALOMAS Y ESPERAN ETERNAMENTE LA OLLA DE MONEDAS DE ORO AL FINAL DEL ARCO IRIS? ¿CUÁNTOS GRUPOS SOBREVIVEN CUANDO TOMAN CONCIENCIA DE QUE SON GRUPOS, DE QUE NO EXISTEN POR SEPARADO, DE QUE VAN A CONTRAMANO EN UN MUNDO QUE PROHIBE AGRUPARSE, QUE ENSEÑA LAS VENTAJAS DE IR SOLO? MUCHAS VECES HEMOS VISTO A LOS INTEGRANTES DE UN GRUPO SOÑAR CON SUS PERSONALES ACCIONES CREATIVAS. CUANDO COMPRENDEN QUE SÓLO ES CREATIVO LO QUE SE HACE CON OTROS, LES HACE SOMBRA EN LA CARA LA PRIMER TRISTEZA COMPARTIDA. FRENTE A NUESTRA INSTITUCIÓN, SIEMPRE EN CRISIS, FLORECE UN GIMNASIO DE MUSCULACIÓN. AL MEDIODÍA, PUEDEN VERSE POR LAS VENTANAS A GRUPOS DE EJECUTIVOS QUE SE MIRAN EN LOS ESPEJOS QUE TAPIZAN TODAS LAS PAREDES DEL SALÓN.

PSICODRAMA, CREACIÓN, ENCUENTRO, MOMENTO, ¿CUALES SON TUS VERDADEROS ÁMBITOS?, ¿DÓNDE DESARROLLAS LA POSIBILIDAD DE DESCUBRIRTE EN LOS OTROS?, SI LA MAYORÍA DE LOS OTROS SÓLO PUEDEN VER LOS ESPEJOS DEL SALÓN DE MUSCULACIÓN.

GRUPO: REVOLUCIÓN CREADORA, COLECCIÓN DE TODAS LAS OBRAS ABORTADAS, LAS QUE NUNCA NACIERON, LAS QUE NO FUERON TERMINADAS, LAS QUE NO SE ENCUENTRAN EN LAS COLECCIONES DE LOS MUSEOS, ¿Y DÓNDE PODEMOS REGALARLAS?.

Sexto texto: «Mirando al futuro», por Silvia Speranza

Mirando al futuro.

En una era de incertidumbre(s), ¿cómo construir escenas, escenarios, estrategias, acciones? ¿Qué proyecto futuro podemos pensar en este fin de milenio en el que continuamente se están produciendo cambios? Cambios en las instituciones familiares, laborales, sociales, políticas… Los organizadores a veces los conocemos, los podemos nombrar: poder, dinero, deseo, trabajo-desempleo. A veces no sabemos qué nombres deberíamos darles a los cambios.

Hace pocos días en E.E.U.U una mujer dio a luz un niño negro y otro blanco. Había sido fecundada «in vitro» en un hospital. Las investigaciones demostraron que, por error, a una madre no se le había hecho la fecundación y a la otra se le había hecho dos veces, implantándosele un óvulo fecundado que no le hubiera correspondido. Esta madre propuso al juez una solución legal: estaría dispuesta a entregar el hijo a la otra pareja con la condición de que los hermanos tuvieran la posibilidad de visitarse y compartir la crianza.

La solución legal parece adecuada, pero no deja de ser una prueba más de las nuevas situaciones que generan organizaciones familiares diferentes. En el campo laboral, la inestabilidad por el cierre de las fuentes de trabajo compromete la vida de miles de personas. En el plano económico y político la globalización crea el sentimiento de que todo es de todos, pero en realidad nada es de nadie.

Leo en un artículo de L. Williams algunas preguntas que se relacionan con lo que yo vengo pensando, y que a mí me provocan otras. Dice Williams: ¿Cómo elegimos el camino a seguir con respecto a nuestras carreras si todavía no está claro qué clase de industrias (yo agrego relaciones de flía, de pareja, de trabajo, de salud, de calidad de vida) van a existir dentro de 10 o 15 años? ¿Cómo planeamos la educación de los hijos si no sabemos en qué tipo de sociedad les tocará vivir?

A medida que enfrentamos cada uno de estos problemas nos encontramos ante un dilema más profundo: ¿Cómo encontrar el justo término medio entre la predicción (creencia en que se puede ver el modo de superar estas incertidumbres, cuando en realidad no se puede), y la parálisis (permitir que la incertidumbre nos lleve a la inacción)? La construcción de tantas escenas, deviene de la producción de diferentes planos de la subjetividad. Dichos planos adquieren velocidades de gestación disímiles, provocando una irrupción de eventos que son difíciles de capturar por la red semiótica interpretativa de los agentes sociales. Esto conlleva a que nos encontremos en un mundo plagado de acciones en diferentes escenarios que se re-inventan constantemente. De allí que el aparato jurídico, la filosofía, el psicoanálisis, el psicodrama, etc. se encuentren desbordados por estos efectos y no puedan capturarlos dentro de sus principios teoréticos.

Hoy en día nosotros, los psicólogos, deberíamos tener una actitud vigilante frente a la novedad de estas producciones. Para poder elaborarla es necesario poner en actos nuestros propios escenarios para acceder al discernimiento de nuestras implicaciones.

EL PSICODRAMA ES CREATIVIDAD, ES ACCIÓN, ES ENCUENTRO.

La idea es ver qué podemos producir si ponemos en juego la creatividad, qué escenas son posibles en el momento del encuentro cuando la herramienta es el psicodrama. Tal vez la acción espontánea pueda abarcar este mundo de velocidad, podamos abarcar la sorpresa, permitirnos una apertura a estas situaciones cotidianas de la clínica, de nuestro trabajo. ¿Podemos entrenarnos para permitir que lo nuevo entre, nos sorprenda? ¿Cuáles de las herramientas de la caja que cada uno dispone podremos utilizar eficazmente hoy?

La propuesta es imaginar historias acerca de los futuros posibles, cada una intentará saber de un mundo posible en el que quizás algún día tengamos que vivir y trabajar.

Sétimo texto: «Quando a alma curadora encontra a alma de artista», por Claudia Fernandes

A doença de uma grande amiga me leva a um espaço definido para promover a cura: um hospital muito bem conceituado em São Paulo, o oitavo andar, setor de oncologia. Com total assepsia: paredes brancas, tudo feito com muita competência e rigor científico. Será que é somente disso que um paciente precisa? De uma visita passiva, senti necessidade de fazer algo efetivo para que ela passasse as 76 horas de quimioterapia, cheia de ansiedades e medos, de um jeito mais quente e por que não dizer psicodramático.

Me ficou uma pergunta: Como promover aconchego, deixar aquele espaço com mais marcas de vida, de movimento, de luz e otimismo? Por que não trazer o bom humor e irreverência para dentro da realidade hospitalar?

O primeiro passo foi uma instalação plástica, um mural com o título: «Nossos corações batem forte por você» com um pedido para que os visitantes deixassem suas marcas na parede e, naquele momento, pudessem se tornar cúmplices e solidários a nossa amiga: co-criando um cenário de otimismo e verdadeira torcida para a promoção da cura. Cada um se expressou à sua maneira e rapidamente o quarto foi tomando outra vida: cheio de pessoas presentes, mesmo que não estando ali, durante os três dias de tratamento.Dentre outras coisas, trouxe uns narizes de palhaço para que ela desse às visitas como lembrancinhas. Das lembrancinhas, objetos estáticos, surgiu a vontade de interagir com uma platéia e provocar algum movimento naquele quarto até então silencioso. Narizes a postos e nos propusemos a fazer um teatro espontâneo onde os protagonistas eram ansiosamente esperados: a entrada das enfermeiras no quarto e suas reações ao nos verem – com a menor máscara vermelha do teatro «o nariz de clown»- era a cena que tanto esperávamos. De revistas, fizemos nossas coxias e nossa platéia/paciente que até então se mostrara cabisbaixa, iluminou-se com a intervenção que era criada.

O espírito lúdico, do lírico, do ridículo. A brincadeira de esconde-esconde, dentro e fora das coxias improvisadas e o riso , como conseqüência, promoveu um desarmamento, e uma comunicação mais solta e verdadeira foi se estabelecendo. O riso reduziu distâncias e os próprios enfermeiros foram convidados a usar o nariz e criar outro tipo de vínculo no «como se», podendo mostrar o lado clownesco de seu papel profissional.

Quando estamos jogando o papel clownesco quebramos um pouco nossa defesas do cotidiano e nos permitimos atitudes que sem o nariz não as tomaríamos. Na sociedade em que vivemos, nos aborrecemos muito com nossos erros e nos envergonhamos muito quando eles aparecem, tratamos logo de esconder. No clown , o erro passa a ser acerto, a vulnerabilidade se transforma em segurança. Todos do andar foram contagiados pelo riso e o corredor aos poucos ficou povoado de enfermeiros performáticos e cheios de vida.

Essa intervenção aparentemente despretensiosa, segundo relato da própria paciente provocaram um bem estar muito grande ao final dessa sessão de quimioterapia,tanto que os exames de sangue tiveram um resultado favorável ou seja, o numero de leucócitos esteve próximo do normal, diferentemente do sessão anterior. Sem fraquezas, nem anemias.

O trabalho se ampliou e hoje eu e um outro terapeuta-clown circulamos no hospital levando aos pacientes algum encorajamento e injeções de auto-estima para que o momento difícil pelo qual estão passando ,possa ser vivido ,com mais dignidade, amor e força seja qual for seu prognóstico. Nos intitulamos «terapeutas do riso», e me fica essa questão: será possível promover a cura através do riso, da ação de personagens clownescos ? Acredito que sim. Quanto mais fizermos as pazes com nosso lado vulnerável, ridículo, quanto mais pudermos rir de nós mesmo, mais poderemos promover a cura. Rir e representar é o melhor remédio.

Oitavo texto: «Sobre a intolerância humana ao mistério, à incerteza e à dúvida», por Milene De Stefano Féo

Por mais que o homem ambicione ser um Deus-todo-poderoso, isso não passa de um desejo. Houve um tempo em que acreditei existir um antagonismo entre essa afirmação e o pensamento moreniano. Entendia que o Deus que Moreno tentava resgatar em seus protagonistas era um Deus não só criativo mas também onipotente. Talvez meu equívoco tenha sido resultante de certa resistência pessoal em conjugar Deus com Psicologia. Hoje, posso tirar proveito do pensamento moreniano optando por uma compreensão metafórica de suas palavras.

Relendo sua obra, venho compreendendo que a expressão máxima da divindade de um indivíduo implica que este aceite sua condição humana limitada. Moreno aponta para o ressentimento dos homens quando diante de suas limitações individuais. Nesses momentos, acabam por desconfiar da onipresença de Deus, entendendo suas limitações como um sinal de que ele não está ali. Moreno responde a esses homens da seguinte maneira:»Se Deus está presente, o está em atividade misteriosa. Porém a inatividade de Deus é somente uma conclusão lógica, se cada indivíduo identificar a sua própria relação para com uma situação como inteiramente separada da relação que outro indivíduo mantém para com essa mesma situação. Não obstante Deus não é capaz de ser ativo em uma situação do mesmo modo que um indivíduo, em particular o é. Se Deus tiver que particularizar a si mesmo, ainda que por um momento, perderia a total inclusividade de divindade e da essência do Seu ser. Uma ilustração poderia ser o desenvolvimento de uma idéia, de um invento, por exemplo, na qual muitos indivíduos trabalhassem em diversas partes do mundo independentemente. Um indivíduo pode ter somente uma parte dessa visão, pois seu objetivo reduz-se a uma experiência concreta do primeiro modelo. Um terceiro indivíduo pode trabalhar em outra aplicação ainda mais reduzida dessa idéia e, portanto, muitas pessoas – cada uma delas totalmente inconsciente de qualquer outro desenvolvimento específico – podem trabalhar em diferentes idéias coexistentes no Universo. Por meio da presença dinâmica da Divindade, esses diferentes pensamentos, atos e fatos ganham um sentido de direcionamento histórico no mundo. Em outras palavras, a ausência da Divindade pode ser uma outra expressão da sua oculta onipresença».

Com essas palavras Moreno defende que o reconhecimento, pelo indivíduo, das suas próprias limitações é o ápice do desenvolvimento humano. Ocorre que atingir a maturidade relacional implica a privação de buscas egoístas de prestígio. A co-criação tem por paternidade a coletividade. Aquele que, no percurso de seu desenvolvimento, não consegue aceitar a co-autoria como o caminho para a aproximação da verdade, perece em sua condição divina. A superação da vaidade é o grande foco de intervenção do projeto socionômico moreniano.

Moreno, numa linha próxima da de Augusto Comte, relaciona cada estágio de desenvolvimento da humanidade à idéia que esta constrói de Deus. Quando não conseguiam entender fenômenos importantes de seu dia a dia, como a reprodução, a morte, a origem dos alimentos e as diversas expressões das forças da natureza, os indivíduos tendiam a explicá-los através do conceito de um Deus-todo-poderoso «situado fora da esfera da influência do homem» . À medida que a humanidade avança no conhecimento e domínio da natureza, o conceito de Deus começa a se modificar. O homem passa a ocupar, em relação ao universo, uma posição antes ocupada por Deus. O poder divino começa a ser encontrado dentro de cada homem.

Ao dividir em duas grandes etapas a história da idéia de Deus construída pelos seres humanos, Moreno nomeia a primeira de Universo Primário e a seguinte de Segundo Universo. A semelhança dos termos que utiliza nesse contexto de sua obra com os que usa ao desenvolver com Florence a teoria da matriz de identidade, me convida a fazer um paralelo entre o desenvolvimento do conceito de Deus, na história da humanidade, e do indivíduo e seus processos de idealização

A criança, imersa no primeiro universo da matriz de identidade, inicialmente não diferencia seu eu corporal do de sua mãe ou substituta. Lentamente, a partir de sucessivas experiências com esta, vai formando «eus fisiológicos parciais». Identifica como eu, por exemplo, sua boca separada do mamilo da mãe, sem chegar ainda a perceber-se com um eu corporal total. O mesmo vai acontecendo com outras áreas de seu corpo. Na medida em que vai avançando o processo de mielinização de seu sistema neurológico, a criança vai concentrando sua atenção nas áreas do corpo utilizadas para as diversas funções fisiológicas que desempenha: fazer xixi, cocô, respirar… Aos poucos, esses «eus corporais» começam a se integrar, possibilitando a emergência da consciência de um eu corporal, separado das pessoas e objetos em redor. Ainda durante esse processo de formação, começam a surgir também «eus psicológicos parciais». O bebê experimenta múltiplas emoções resultantes tanto de suas sensações corporais de fome, saciedade, sono, dor de barriga, como também da qualidade do vínculo que estabelece com sua mãe, ao interagir com ela no desempenho de seus «papéis fisiológicos». Da maneira como entendo essa etapa do desenvolvimento infantil, essas emoções primevas favorecem a construção de fantasias, primeiros registros psicológicos da criança em interação. Estas fantasias são os ingredientes para a construção dos diversos «eus psicológicos» que a criança vai construindo. Dentre outras possibilidades, essas fantasias seriam «hipóteses icônicas» sobre o eu e o tu, construídas à mercê de cada emoção primitiva experimentada, momento a momento. Assim, por exemplo, a criança que rudimentarmente já distingue entre a sensação de fome e outras sensações, como já começa a relacionar o sentir fome com boca e mamilo da mãe, ao não ser saciada com prontidão, pode construir hipóteses icônicas, imagens psíquicas sobre esse tu, ainda parcial, carregado de emoções hostis, que podem vir a se intensificar se os elementos da zona relacional, na hora da amamentação não forem favoráveis. Isto ocorre, por exemplo, quando o bebê se vê no colo de uma mãe aflita, que não acolhe suas angústias, não conseguindo acalmá-lo com ternura. Ao contrário, se a mãe consegue que sua ação alcance excelente sintonia com as aflições da criança e esta consegue mamar tranqüila e saciar-se física e emocionalmente, fantasias ligadas a emoções positivas irão se constituir, resultantes dessa interação, determinando hipóteses icônicas igualmente positivas com relação ao tu ainda parcialmente identificado por ela. «Eus psicológicos» e «fisiológicos» vão se agrupando no mundo mental da criança, estabelecendo entre si «vínculos operacionais».

A diferenciação entre o eu e o tu corporais se estabelece gradualmente. Já quanto ao eu e ao tu psicológicos, o quadro é mais complexo. De início, mesmo que eventualmente já tenha uma noção razoável dos contornos de seu corpo, diferenciado do de sua mãe, a criança mistura ainda suas emoções, sentimentos, protótipos de pensamentos, com os desta última. A criança já sabe que a mãe tem um corpo separado do seu, mas ainda não diferencia o próprio desejo do de sua mãe. Ainda acredita que o desejo dela é prolongamento do seu. Quando a sintonia não predomina na relação entre o bebê e a mãe, podemos pensar que a criança se vê lançada no desamparo, tal qual os homens primitivos diante dos «caprichos» da natureza. Se a natureza satisfizesse a todas as necessidades do ser primitivo, este provavelmente não precisaria construir hipóteses sobre um Deus cujo poder fosse determinador do seu futuro. O mesmo talvez aconteça com o bebê. Do desequilíbrio entre as suas necessidades e a impossibilidade da mãe em satisfazê-lo sempre e a todo momento, surge sua hipótese sobre esse tu, como um deus que tudo pode.

A passagem para o segundo universo se daria quando o bebê começa gradualmente a descobrir suas potências. Experimentando a autonomia que vai adquirindo, pouco a pouco, em consonância com sua maturação psicológica e a liberdade que a mãe lhe oferece para fazer experiências autônomas e gratificantes, ele começa a perceber o poder dentro de sí. Com isso, a mitificação materna vai aos poucos se desmanchando, e a criança dá início a relações co-criativas com a mãe e, gradativamente, com toda a comunidade.

Distúrbios interrelacionais significativos durante o desenvolvimento da criança podem gerar nesta, uma forte tendência a mitificar e a idealizar pessoas ou a acreditar-se, prepotentemente, ela própria deus. O resultado será ela tentar superar todos os obstáculos que surjam em sua vida de forma muito solitária e portanto ineficiente. Diante de situações cuja compreensão e controle lhes pareçam inacessíveis, mesmo aqueles indivíduos cujo desenvolvimento transcorreu de forma satisfatória, tenderiam a ficar propensos a depositar em figuras reais ou fictícias poderes sobrenaturais. Dessa forma, resgatariam um mecanismo antigo, utilizado em etapas anteriores, como forma de se proteger da angústia e do desamparo diante de situações desconhecidas.

Atento a essa tendência, Moreno valoriza o adestramento da espontaneidade. Para ele, é preciso não só manter os homens em ambientes que favoreçam o aquecimento para a ação espontânea, mas também permitir que estes aprendam a se aquecer diante de situações novas, ou mesmo antigas, que exijam respostas novas. Entendo ser dentro dessa perspectiva que Moreno cria a Socionomia. Quando criança, brincando de ser Deus, Moreno quis voar e quebrou o braço direito. A dor por ter suas «asas» cortadas pela realidade o acompanha ainda na idade adulta. Ele então se pergunta: «Será que eu sou realmente, apenas e tão somente, uma massa perecível, uma tão desesperançada existência, ou seria eu o centro de toda a criação e da imensidão do cosmos?… Será que eu não sou nada, ou sou um Deus?» Ao responder, ultrapassa o conceito de ser um Deus onipotente, construído na infância, alcançando a idéia de ter um Deus dentro de si, que é Pai, como todos os outros homens, de toda a humanidade. Descobre-se co-responsável por todo o universo. Com a socionomia, convida a todos a cortarem suas «asas» para juntos ensaiarem e executarem vôos criativos, instrumentando seu projeto da teologia experimental. A partir daí, Moreno divulga suas idéias e explicita em quê elas divergem das reinantes em sua época. Condena-se por vezes ao isolamento social, criando polêmicas ao não se portar como um «hipócrita sociométrico». Conhecendo a tendência humana de mitificar teóricos, Moreno ataca a representantes do status quo de sua época, entre eles, Freud e Marx. Luta com vigor e agressividade para que suas idéias possam penetrar na comunidade científica, procurando superar as resistências dos que não podiam ter suas certezas abaladas. Possibilita assim que seu entendimento sobre os homens interaja com outros corpos teóricos, já consagrados, e se transforme, numa incessante cadeia criativa. Quer ser ouvido para que suas propostas sejam também consideradas, entre muitas, contribuindo assim na busca coletiva da verdade. Afirma que o fenômeno criador, fonte de toda existência e de todos os valores, deve ser encontrado em qualquer forma de existência em desenvolvimento. Sendo assim, tal fenômeno será encontrado também naqueles com quem Moreno se indispôs. É graças ao embate criativo e civilizado entre idéias divergentes que nos aproximamos da verdade sobre os fenômenos humanos. A divergência faz parte do processo criativo e não pode ser eliminada. Ao afirmar que a subdivisão das ciências em Geometria, Biometria, Sociometria etc é transitória, sendo a consolidação de todas as ciências a Teometria , Moreno ilumina uma verdade incontestável: nenhum homem ou agrupamento de homens com uma metodologia comum pode alcançar a onisciência e mais próxima estará dela se puder confrontar, conviver e fazer trocas com outras correntes de pensamento.

Em outras palavras: fanatismos e dogmas empobrecem o que o ser humano maduro tem de melhor, sua capacidade de superar obstáculos e buscar os prazeres da vida, respeitando ao próximo como a si mesmo. Sempre haverá entre os homens a luta entre desejos e crenças divergentes. Da capacidade do homem em colocar-se no lugar dos outros emerge o ser político, apto a promover negociações que permitem manter a todos no rumo da evolução. No trajeto dessas negociações, por vezes, é necessário firmeza e até agressividade, como forma de se penetrar com as próprias verdades naquelas comunidades que resistem a idéias novas. Em outros momentos, a mesma agressividade pode ser sintoma de nossas resistências em nos deixar penetrar por idéias estranhas às nossas.

Moreno, em sua busca da verdade absoluta sobre os ensinamentos de Deus, sugeriu que todas os religiosos de diferentes crenças apresentassem as suas rezas uns para os outros, chegando a criar orações para grupos específicos, fazendo «duplos» destes grupos, incentivando-os a expressar, até às últimas conseqüências, suas idéias, explícitas e implícitas. Assim, por exemplo, cria uma oração para os nazistas: «… deixa-me destruir a metade da humanidade e deixa-me construir outra metade para o futuro. Esse será um mundo mais sadio….O mundo se tornará imensamente melhor…» O criador do Psicodrama acredita que, dando voz a todas as construções de valores expressas na religiosidade de todos os grupos do universo, os equívocos serão dissolvidos e a verdade emergirá. Penso que a estrutura de seu pensamento religioso se mantém quando se propõe a fazer ciência, sendo sua forma de pensar um alerta para todos nós, psicodramatistas, a nos protegermos de nossas eventuais tendências dogmáticas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *