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Cultura de cuidado

DESAFIOS DEL ENVEJECIMIENTO DE LA SOCIEDAD
INSTAN A CONSTRUIR UNA CULTURA DE CUIDADO HACIA LOS MAYORES
Geriatras y gerontólogos destacaron que el cuidado «es un agujero negro» a resolver a nivel mundial, ante el aumento de las enfermedades crónicas y para que los años ganados se traduzcan en oportunidades.
El envejecimiento de la población es un triunfo de los avances científicos, medicinales, sociales, entre otros factores. Genera múltiples desafíos y oportunidades. Entre las cuestiones a atender por los gobiernos, las instituciones, las familias, se encuentra el cuidado de las personas adultas mayores con fragilidad, así como la calidad de vida de quienes ejercen esa tarea.
La promoción y el desarrollo de una cultura de cuidado «que sea sostenible, económicamente viable, solidaria y universal» fue el eje de la Declaración de Río 2013, elaborada en el Foro Internacional de la Asociación Mundial de Demográfica (WDA, por sus siglas en inglés), en Brasil, que fue presentada recientemente en nuestro país.
Titulada «Más allá de la Prevención y el Tratamiento: El desarrollo de una cultura del cuidado en respuesta a la revolución de la longevidad», la declaración constituye una herramienta para establecer «consensos, realizar un llamado de atención y que se tome conciencia» acerca de la importancia de prepararse para los desafíos de las próximas décadas, señaló la presidenta de la filial Argentina del Centro Internacional de laLongevidad (ILC, por sus siglas en inglés), Lía Daichman, quien junto al geriatra argentino José Ricardo Jáuregui formó parte del grupo de profesionales de todo el mundo que elaboró el documento.
 
.- Llamada de atención
«Todo lo que podría haberse hecho para prevenir enfermedades es pasado. Las que pueden tratarse, ya están atendidas; lo que resta es ver qué tipo de cuidado puede ser posible en nuestras sociedades, cómo nos preparamos para la revolución de la longevidad y una cultura del cuidado, más allá de la prevención y el tratamiento», manifestó.
«El cuidado es un agujero negro en este momento, a nivel internacional -advirtió la médica geriatra-. No hay país que se salve de tener que resolver quién y cómo va a cuidar a sus mayores».
En este sentido, señaló: «Durante años, en Europa el tema del cuidado se solucionó con la institucionalización de los adultos mayores. La crisis económica impuso una revisión de esto. Mientras en América Latina estamos tratando de aliviar a las familias en el tema del cuidado, en Europa buscan cómo hacer para que la familia participe».
Por su parte, Jáuregui señaló que «el espíritu» de la discusión de cada uno de los temas plasmados en la declaración «fueron los cuidados a lo largo del tiempo, no solamente para una persona que está en el final de su vida -que, por supuesto, está incluido-, sino qué pasa con aquella persona que necesita un cuidador durante cinco, seis o más años».
 
.- Oportunidades
El documento, elaborado en octubre del año pasado tras el Foro de la WDA, iniciativa conjunta con la ILC Brasil fue presentado recientemente en una reunión científica de la Sociedad ArgentinadeGerontología y Geriatría (SAGG).
«Celebramos la longevidad y el envejecimiento poblacional, que constituye la mayor conquista del siglo XX. A nivel mundial, la esperanza de vida al nacer se incrementó en más de 30 años en el último siglo. Estos años adicionales deben ahora ‘traducirse en oportunidades en el siglo XXI’ para los individuos, las familias y las sociedades», se afirmó en el preámbulo.
«Cada vez más personas en todo el mundo están llegando a edades mucho más avanzadas. Mientras que muchas disfrutan de una vida activa, un número creciente requerirá atención a sus discapacidades producidas por enfermedades que no se pueden curar», se indicó.
En este marco se destacó que «a pesar de que se ha conseguido mucho en términos de prevención y tratamiento se impone un imperativo adicional para acompañar la revolución de la longevidad: el desarrollo de una cultura del cuidado».
Asimismo se advierte: «Las cada vez más pequeñas, complejas y dispersas redes familiares son menos capaces de proporcionar cuidado sin apoyo adicional. Se constata una creciente crisis mundial de ‘insuficiencia familiar’».
 
.- Los puntos clave
Entre los temas tratados en la declaración se encuentran:
* La construcción de una cultura de cuidado global que coloque a la persona -tanto beneficiaria como proveedora del cuidado- en el centro de la atención.
* Reafirmar los Principios de las Naciones Unidas a favor de las Personas Mayores: independencia, dignidad, autorrealización, participación y cuidado.
* Garantizar los derechos humanos de las personas mayores.
* Promover la salud y bienestar en la vejez.
* Tomar conciencia sobre el abuso y maltrato en la vejez.
* Ciudades y comunidades amigables con los adultos mayores.
* El cuidado de las personas mayores ante situaciones de desastres naturales o conflictos.
* Atención a enfermos crónicos que «trascienda la simple provisión de medicamentos».
* Reconocer que la demencia y la fragilidad son retos complejos para la prestación de cuidados que «adquieren una magnitud creciente».
.- Recuadro:
UN LLAMADO DE ATENCIÓN A LAS NECESIDADES DE LAS MUJERES
El grupo de geriatras y gerontólogos que elaboró la Declaración de Río titulada «Más allá de la Prevención y el Tratamiento: El desarrollo de una cultura del cuidado en respuesta a la revolución de la longevidad», hicieron hincapié en las cuestiones de género, dado que por el modelo familiar patriarcal que aún persiste las mujeres siguen siendo las principales cuidadoras, por lo que se llama a un replanteamiento de los roles sociales y una distribución de las tareas de cuidado.
«Enfatizamos la importancia de la dimensión de género en el cuidado y subrayamos la necesidad de integrar la perspectiva de género en todas las
políticas y acciones de cuidado -se resaltó en el documento-. Es necesario que haya un replanteamiento de los roles sociales asociados al género».
Y se manifestó: «En el contexto de la revolución de la longevidad, los hombres en particular, deben redefinir su contribución a la provisión de cuidados y, en consecuencia, todas las políticas de salud y trabajo deben ser reconfiguradas».
En el punto siguiente, se llama la atención sobre «el hecho de que en la mayoría de los países las mujeres viven más, están frecuentemente solas y
tienen más discapacidades y fragilidad. La mayoría de los cuidadores son también mujeres; muchas veces sin reconocimiento, sin apoyo y sin formación. Sus necesidades de cuidado requieren una atención muy especial».
Por otra parte, otros puntos del documento trataron sobre:
* Casos de ceguera y sordera prevenibles: «asuntos de salud críticos que a menudo requieren de un diagnóstico temprano y el acceso a un tratamiento
y rehabilitación asequibles».
* Situaciones que pueden tener «un impacto significativo» en la calidad de vida, como «la incontinencia, que está estigmatizada, mientras otras como los cuidados podológicos pueden ser perjudiciales para la movilidad».
* La importancia del cuidado de la piel y la hidratación.
* Cuidados paliativos.
Escrito por Natalia Muñiz
Publicado en Diario Popular

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