La paternidad ya se vive desde el primer día de embarazo
El compromiso del hombre en el proceso de gestación es cada vez más intenso. Y los especialistas dicen que esto representa un apoyo emocional muy importante para la mujer. Historias de papás modernos.
Aparece en las consultas porque él también tiene dudas y quiere preguntar. Puede que se sienta intimidado por la relación que entabló su mujer con ese desconocido de guardapolvo blanco, pero en general logra reponerse, ahuyentar los celos y enfrentar la situación. Tampoco quiere perderse las ecografías. Así que ahí va, dispuesto a ver la «foto» de ese hijo. Sonríe, mientras se pregunta qué hay en la pantalla. No termina de gustarle, pero trata de marcar asistencia perfecta en el curso del preparto. Y al cabo de los nueve meses no se pierde la llegada del bebé ni loco. Si al fin y al cabo él estuvo taaaan embarazado como ella… ¿O acaso no?
Lo dicen los ginecólogos, los obstetras, las parteras: cada día el hombre se involucra y participa más activamente en el embarazo de su mujer. No espera a que nazca el bebé para asumir su rol. Vive la paternidad desde el preciso instante en el que la famosa tirita del test marca las dos rayitas.
«Hoy, muchos hombres se permiten y están autorizados socialmente a sentir y expresar las emociones nuevas. La idea que desde el embarazo forme un equipo con su mujer es muy amorosa e integradora. Se busca un nuevo equilibrio entre las fuerzas femeninas y masculinas. Hombres y mujeres flexibilizan roles de épocas anteriores para crear y vivir una nueva forma de ser padres», dice Graciela Scolamieri, coordinadora de grupos de embarazadas desde 1971. Y recuerda: «En aquellos años había pocos cursos, en general eran privados. Ahora los ofrecen casi todos los hospitales públicos.»
Enrique Salama, uno de los directores de Procrearte (red de medicina reproductiva), coincide en que ahora la mayoría de los papás llega dispuesto a presenciar el parto: «Ayuda mucho al estado emocional de la mujer. Como ella juega de visitante en un lugar extraño, es bueno que esté acompañada.»
Alberto de Luca, ginecólogo del Argerich, dice que esta tendencia se da fuerte en las clases media y alta que se atienden en clínicas, pero no así en las clases más bajas que recurren al hospital público. «Allí hay muchas mamás solteras o menores o mujeres que prefieren que las acompañe su mamá», señala.
De Luca igual acuerda con que el rol del hombre cambió progresivamente en los últimos 30 años: «En los 70, sólo dos de cada diez mujeres iban al parto con su marido. Hoy son nueve de cada diez. Lo que cambió fue la percepción de ambos. La mujer vivía el embarazo y el parto de una manera más personal. Y el hombre se creía un inútil, casi un estorbo. Ahora, cuanto más jóvenes son las parejas, más juntos dan todos los pasos.»
El psicólogo Guillermo Vilaseca dirige el sitio www.varones.com.ar y coordina grupos de reflexión de hombres. La paternidad es un tema recurrente: «Para ellos es un cambio enorme. Sienten la responsabilidad, revisan los referentes masculinos de sus vidas, tienen miedos y fantasías sobre el bebé, notan los cambios en su mujer… Por eso es un desahogo hablar estos temas.»
Los especialistas despliegan un abanico de argumentos para explicar el creciente protagonismo del hombre. Hablan del trabajo de la mujer, de la libertad sexual, de los derechos del niño y hasta de la tecnología: las ecografías mostraron al hombre lo que la mujer siempre sintió, y vio.
Artículo escrito por Mariana Iglesias para el Diario Clarín.