Más y mejor atención de nuestra salud mental
La Argentina es el país con mayor proporción de psicólogos de todo el mundo. Según un estudio publicado en 2012, que desde hace más de 10 años dirige el licenciado Modesto Alonso, en el país hay 202 psicólogos por cada 100.000 personas. Esto arroja un total de 81.000, de los cuales el 46 % está en Buenos Aires, mientras que en los países desarrollados la proporción es tres veces menor. En la Ciudad de Buenos Aires había, en 2008, 789 psicólogos cada 100.000 habitantes, seguido por Río Negro con 163 y Córdoba con 147; en Santiago del Estero esa proporción sólo llegaba a 21 psicólogos cada 100.000 habitantes.
Ya en 2005, la elevada tasa de profesionales de la psicología colocaba a la Argentina en el primer puesto de la lista de 24 países relevados por el Atlas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese entonces, la Argentina contaba con 121 psicólogos cada 100.000 habitantes. Mientras que en EE.UU., por ejemplo, había 2213 habitantes por psicólogo, aquí se registraba un profesional cada 649 habitantes. Interrogando a un residente norteamericano adolescente que estaba de vacaciones en Buenos Aires sobre si algún amigo de él concurría a un psicólogo, contestó: “No, eso es para los que están locos”. Pareciera que ese estigma respecto de la búsqueda de tratamiento en salud mental no existe en nuestro medio.
Partiendo de estos datos se puede señalar que la psicoterapia es un medio, una herramienta para enfrentar dificultades emocionales o psicológicas, para el conocimiento y desarrollo de uno mismo. Por otro lado intercambiando ideas con una docente norteamericana, ella señalaba que le llamaba la atención la cantidad de alumnos que cursaban con ella que están medicados por trastornos por déficit de atención. (TDA).
Pero ¿por qué hay tantos psicólogos en la Argentina? Varios autores lo relacionan con ser un país de inmigrantes. En EE. UU.también han tenido la inmigración europea pero el resultado no ha sido el mismo. Muchos argentinos coinciden en que su cultura es aquella en la que la gente habla de sus problemas personales más abiertamente. La gente en Argentina se saluda con un beso en la mejilla, incluso entre los que no son cercanos. Y hablan de sus sentimientos. Los argentinos nos reunimos con amigos a tomar café con placer sin límite de tiempo. El argentino es solidario.
Albert Brok, un psicólogo que ejerce en Nueva York, pero creció en Argentina, dijo que EE. UU.tiende a tener una cultura más orientada hacia la vergüenza y el individualismo y una ética de la búsqueda de soluciones prácticas. Podría pensarse que este espíritu, al adoptar formas exageradas, conduce a la simplificación de la vida emocional. Claro que en su contrapunto en nuestra cultura quizás la sobrecarga de ello nos pueda hacer menos operativos y complicados a la hora de tomar decisiones.
Asimismo, podría señalarse que solicitar ayuda y orientación a un profesional implica, la mayoría de las veces, el reconocimiento de que algo no está funcionando bien y de que se necesita ayuda. Este fenómeno, de por sí, es un avance hacia la salud. Por el contrario, cuando alguien teniendo dificultades las niega, considerando casi como una certeza que eso es “lo que corresponde hacer”, la patología se presenta con un peor pronóstico.
En la actualidad, más del 75 % de los profesionales activos se dedica a la actividad clínica con formación psicoanalítica como rasgo dominante. Según la licenciada Nélida Cervone, de la Secretaría de Investigaciones de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el psicoanálisis es una verdadera tradición en nuestro país, pero también existen otras psicoterapias como las cognitivas, sistémicas, tratamientos focales y breves, que cada vez tienen más aceptación. Sin embargo es importante destacar que cada vez más la psicología se está incluyendo en diferentes ámbitos, como el laboral, forense y educacional.
Susana Levantini es profesora de psicología de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral