Elogio a la incertidumbre
En la semana de la amistad, quiero regalarles a los entrañables compañeros de esta aventura que es la vida, una reflexión. La incertidumbre ha sido la normalidad siempre, tal vez por eso cobró tanto sentido la frase:
„La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás ocupado haciendo otros planes.“ — John Lennon
Desde nuestro nacimiento iniciamos una aventura sin saberlo. Comenzamos a respirar, succionar, tocar, mirar, escuchar, oler y experimentar sensaciones internas, vamos descubriendo nuestro entorno y vinculándonos con quienes comparten con nosotros el espacio vital. Descubrimos lo agradable y lo que rechazamos. Vamos adquiriendo ciertas herramientas para desempeñarnos en la vida. Consolidamos maneras de hacer en el marco de una realidad, que, si bien palpamos cambiante, pretendemos que nos brinde certidumbres para poder planificar
Los vínculos amistosos son el sostén mutuo en este devenir permanente.
Todo lo que se sale del libreto que nos construimos lo llamamos crisis
Las clasificamos en previsibles y accidentales para diferenciar aquello que con seguridad nos va a ocurrir, de lo inefable
En un caso concebimos rituales de pasajes de ciertas etapas evolutivas a otras intentando poner orden en el caos
Respecto de las crisis accidentales, imprevisibles pero que van a ocurrir, solemos plantear la idea de riesgo y oportunidad
Una manera de reconocer que en un sentido las crisis nos sorprenden, pero también nos ayudan a salir de ciertas zonas de confort en las que podemos estar alojados. Así entrenamos habilidades que tal vez desconocíamos. Aquí se hace particularmente evidente la importancia del apoyo y acompañamiento de los otros. También el coraje para avanzar con los miedos que suscite entrar en territorios desconocidos y reconocer vulnerabilidades.
En esta aventura lo que era previsible se torna extraño, novedad. Los usos y costumbres necesitan ser repensados, actualizados, reconsiderados
Para sostenerse en esta metamorfosis permanente es menester poner en juego mucho coraje, espontaneidad, creatividad y esperanza
Quienes reniegan de la flexibilidad y están convencidos que el mundo se ha organizado desde siempre con las maneras del presente, que deberían perpetuarse, el cambio es vivido como amenaza a pesar de que lo efímero de cada momento advierte que no hay normalidad definitiva que estamos en constante cambio y transformación
Desde esta perspectiva considero que la idea de normalidad termina estando al servicio de negar el devenir permanente, así como la intrínseca necesidad del vínculo recíproco de cooperación y respeto con los otros que nos permite acceder a la dignidad.
Ver la vida como una metamorfosis permanente. Gracias. Me llegaron tus palabras. Qué sería de nos sin el cambio? Qué difícil no pensar el siendo más que el ser… Abrazo Guillermo!