Teatro

Las Mutaciones, obra de teatro recomendada

los_mutantesEn Las mutaciones, los vínculos son sometidos a todas las preguntas y el amor de pareja es desgranado hasta llegar a su esencia.
Ella se trepa y asoma el cuerpo como si desde el techo de algún lugar provisorio pudiera decirlo todo. Si fuera Winnie, la protagonista exclusiva de Días felices, de Samuel Beckett, se quedaría allí, quieta, para desgranar su monólogo incontrolable mientras la tierra la aprisiona para siempre.
Pero el personaje creado por la dramaturgia de Valeria Correa quiere vivir los hechos, intentarlo una y otra vez, confrontar con ese amor. En Las mutaciones las escenas están desgajadas, desarmadas en una mezcla que elude las continuidades. El amor destruye la temporalidad, es una experiencia que a veces parece abatirse en un desconcertante retroceso y que obliga a los seres que lo encarnan a preguntarse sobre el porqué de semejante empecinamiento.
Es ella, la mujer interpretada por Lorena Vega, la que parece dictar las coordenadas de un discurso, como una suerte de autora que impulsa el comportamiento de su enamorado hacia un lugar que siempre está al borde de la ruptura. Y es allí donde el hallazgo de la propuesta escenográfica, de esa estructura que se abre y se violenta permanentemente, que permite un tránsito constante de lugares y de modos de habitarla, se convierte en un elemento dramático fundamental de la puesta.
Si bien la palabra tiene mucho protagonismo y es la encargada de hacer de la trama más un estado mental que una situación palpable, la obra tiene un relato visual que ayuda a construir un universo onírico.
Hay algo de ese clima de ensoñación que se respiraba en El centésimo mono, de Osqui Gusmán, y que el nombre de Pablo Kusnetzoff brindando su asesoramiento en magia viene a confirmar en la obra que comanda Lorena Ballestrero. El sueño es también una zona que compone la acción, lo inconsciente, el mundo del psicoanálisis, el cuestionamiento permanente sobre los actos y los cambios, las mutaciones que el amor horada en los sujetos, el modo en que las personas se alteran y se reconstruyen, la travesía a veces extrema que descompone una existencia y la hace nacer de nuevo, es para Ballestrero un campo que no puede contarse sólo desde lo real, desde la materialidad de los hechos. Hace falta un mundo paralelo que por momentos puede ser fantasioso, puede responder a las especulaciones que cada integrante arriesga sobre el otro, pero que también contiene todas las cosas que no se hicieron, todas las decisiones no tomadas. El día que algunx de lxs dos eligió quedarse, postergar el abandono.
El espacio, recreado bajo la inspiración que la obra de la artista minimalista Charlotte Posenenske despertó en Rodrigo González Garrillo y en la directora, hace de ese paisaje ambiguo, impersonal, una plataforma donde la pareja es un huracán que abre y cierra las puertas, atrapa al/la otrx o huye como en un estado de pasaje, pero también de repetición donde nada puede enmarcarse. El amor ya no se piensa en el idioma de la permanencia.
Existe una voluntad, tanto desde la dramaturgia como desde la dirección, de mostrar lo invisible. Ya no alcanza una teatralidad que presente una historia para desentrañar el conflicto amoroso. La escritura dramática se encuadra en una línea que dialoga con la narración al querer capturar las reflexiones y el inconsciente de los personajes. No sólo porque los protagonistas detienen el diálogo para opinar, se involucran en la escena pero también pueden contarla como si la inventaran o como si buscaran ofrecer una interpretación para conquistar la empatía de lxs espectadorxs, sino porque para las autoras la realidad parece ser demasiado frágil y con sólo aproximarse a ella con el deseo de transformarla en teatro, se desintegra y distorsiona, se deshace en la ambición de descifrar el comportamiento de lxs otrxs, su amor tan cambiante, las huellas despiadadas que deja cuando hombres y mujeres pasan a ser tocadxs, accidentalmente, por su luz.
Por Alejandra Varela
Las mutaciones se presenta los jueves, a las 21, en el Teatro del Abasto.

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