Cuando Sherlock y Dupin suman sus cerebros
Aquellos famosos detectives de la literatura policial clásica solían presumir de su habilidad para desarrollar sus pesquisas a partir de la eficaz combinación de observaciones generales y de un análisis minucioso de las potenciales pruebas del caso.
Auguste Dupin y Sherlock Holmes, por ejemplo, podían ver cada árbol y el bosque, a su vez, sin que uno tapara al otro.
¿De qué se trata esto? Desde que los anatomistas clásicos comenzaron a describir la compleja estructura de nuestro sistema nervioso, un aspecto crucial de su organización quedó en evidencia: nuestro cerebro tiene dos hemisferios, uno izquierdo y uno derecho . Y con dicha identificación quedó de manifiesto un interrogante que motivaría cientos de estudios en el campo de las neurociencias a fin de responder una pregunta que, aún hoy, genera tanto interés como controversia: ¿ tiene cada hemisferio una función diferente? Décadas de investigación en pacientes con lesiones cerebrales, en sujetos sanos estudiados con resonancia magnética y electroencefalografía e incluso en modelos de animales experimentales, han permitido obtener algunas respuestas para explicar las diferencias (y similitudes) entre ambos hemisferios .
Lo primero que debemos recordar es que ambos hemisferios no están aislados: se encuentran conectados entre sí por una ancha banda de axones (la porción de las neuronas por donde se envía la información a otras) que forman una estructura conocida como cuerpo calloso. Y no es la única que conecta ambos hemisferios, pues existen otros puentes cerebrales -aunque más pequeños- que integran estructuras del lado izquierdo y el derecho, tales como la comisura anterior. Un gran aporte en el estudio de la especialización hemisférica fue realizado por el doctor Mike Gazzaniga, uno de los padres de las neurociencias cognitivas, quien durante años estudió pacientes que no tenían, justamente, un cuerpo calloso que conectara ambas partes del cerebro. Sus estudios contribuyeron a demostrar que el hemisferio izquierdo posee mayor capacidad de procesar la información en forma secuencial , mientras que el hemisferio derecho aborda la información de manera más holística y en paralelo.
Esta diferencia resultó crucial para entender por qué es que algunas funciones se asocian más fuertemente a un hemisferio que otro.
Tomemos por ejemplo el lenguaje o el razonamiento matemático : debemos ir reconociendo cada componente de una oración, o de una ecuación, y analizarlas en forma serial para que cobren sentido; por eso el hemisferio izquierdo está fuertemente involucrado en estas funciones . Por otro lado, cuando pensamos en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, debemos hacer apreciaciones más globales, encontrar similitudes y diferencias, procesar información a gran escala, y allí el hemisferio derecho toma un rol protagónico . La idea de esta especialización hemisférica ha llevado muchas veces a interpretar de manera errónea los hallazgos de estudios neurocientíficos, al creer que tenemos dos cerebros por separado que coexisten dentro de nuestro cráneo.
Nada más alejado de la realidad: nuestro cerebro funciona como una verdadera red donde las distintas estructuras se interconectan ampliamente para permitirnos realizar todas nuestras acciones y albergar todos nuestros pensamientos. Que cada hemisferio se haya especializado en procesar la información de manera diferente es un beneficio que nos ha dado la evolución para poder estar a la altura del mundo complejo en que vivimos, que muchas veces demanda un procesamiento más lineal y secuencial, a cargo del hemisferio izquierdo, y otras un procesamiento más holístico y global, a cargo del hemisferio derecho. Pero la gran mayoría de los estímulos demandan de ambos tipos de proceso, aunque en distintos grados, activando así nuestros dos hemisferios de manera conjunta. ¿Cómo, si no, Holmes hubiera podido descifrar el enigma de los Baskerville o Dupin hallado la carta robada?
Escrito por Facundo Manes www.facundomanes.com
Publicado en C L A R I N 01/07/12
¿De qué se trata esto? Desde que los anatomistas clásicos comenzaron a describir la compleja estructura de nuestro sistema nervioso, un aspecto crucial de su organización quedó en evidencia: nuestro cerebro tiene dos hemisferios, uno izquierdo y uno derecho . Y con dicha identificación quedó de manifiesto un interrogante que motivaría cientos de estudios en el campo de las neurociencias a fin de responder una pregunta que, aún hoy, genera tanto interés como controversia: ¿ tiene cada hemisferio una función diferente? Décadas de investigación en pacientes con lesiones cerebrales, en sujetos sanos estudiados con resonancia magnética y electroencefalografía e incluso en modelos de animales experimentales, han permitido obtener algunas respuestas para explicar las diferencias (y similitudes) entre ambos hemisferios .
Lo primero que debemos recordar es que ambos hemisferios no están aislados: se encuentran conectados entre sí por una ancha banda de axones (la porción de las neuronas por donde se envía la información a otras) que forman una estructura conocida como cuerpo calloso. Y no es la única que conecta ambos hemisferios, pues existen otros puentes cerebrales -aunque más pequeños- que integran estructuras del lado izquierdo y el derecho, tales como la comisura anterior. Un gran aporte en el estudio de la especialización hemisférica fue realizado por el doctor Mike Gazzaniga, uno de los padres de las neurociencias cognitivas, quien durante años estudió pacientes que no tenían, justamente, un cuerpo calloso que conectara ambas partes del cerebro. Sus estudios contribuyeron a demostrar que el hemisferio izquierdo posee mayor capacidad de procesar la información en forma secuencial , mientras que el hemisferio derecho aborda la información de manera más holística y en paralelo.
Esta diferencia resultó crucial para entender por qué es que algunas funciones se asocian más fuertemente a un hemisferio que otro.
Tomemos por ejemplo el lenguaje o el razonamiento matemático : debemos ir reconociendo cada componente de una oración, o de una ecuación, y analizarlas en forma serial para que cobren sentido; por eso el hemisferio izquierdo está fuertemente involucrado en estas funciones . Por otro lado, cuando pensamos en la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, debemos hacer apreciaciones más globales, encontrar similitudes y diferencias, procesar información a gran escala, y allí el hemisferio derecho toma un rol protagónico . La idea de esta especialización hemisférica ha llevado muchas veces a interpretar de manera errónea los hallazgos de estudios neurocientíficos, al creer que tenemos dos cerebros por separado que coexisten dentro de nuestro cráneo.
Nada más alejado de la realidad: nuestro cerebro funciona como una verdadera red donde las distintas estructuras se interconectan ampliamente para permitirnos realizar todas nuestras acciones y albergar todos nuestros pensamientos. Que cada hemisferio se haya especializado en procesar la información de manera diferente es un beneficio que nos ha dado la evolución para poder estar a la altura del mundo complejo en que vivimos, que muchas veces demanda un procesamiento más lineal y secuencial, a cargo del hemisferio izquierdo, y otras un procesamiento más holístico y global, a cargo del hemisferio derecho. Pero la gran mayoría de los estímulos demandan de ambos tipos de proceso, aunque en distintos grados, activando así nuestros dos hemisferios de manera conjunta. ¿Cómo, si no, Holmes hubiera podido descifrar el enigma de los Baskerville o Dupin hallado la carta robada?
Escrito por Facundo Manes www.facundomanes.com
Publicado en C L A R I N 01/07/12