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Estrés laboral y burn out

Los síntomas de malestar en el ámbito del trabajo son una señal muy importante a tener en cuenta tanto a nivel personal como organizacional.
Buscar alternativas para afrontarlo posibilita crear ámbitos en los que el trabajo enriquezca a las personas y mejore su calidad de vida, generando un clima que facilita la realización de las metas de la organización, ampliando horizontes en vez de restringirlos.
La persona más propensa a ser afectada es quien sostiene altas aspiraciones de éxito más allá de la dificultad de las situaciones en las que actúe.
Un deportista requiere entrenamiento para no lesionarse en la cancha, en el ámbito laboral el agotamiento espiritual, emocional, y físico ocasiona una declinación en la capacidad para realizar tareas, deteriorando calidad de vida, aumentando patologías psiquiátricas y desarrollando enfermedades somáticas.
El proceso puede tomar desde semanas hasta años antes de manifestarse. En cualquier caso podemos reconocer una secuencia de tres momentos:
1. Seducción por el inicio de la actividad y por el camino hacia el logro de sus metas.
2. Con el pasar del tiempo comienza a adaptarse a las posibilidades que le ofrece el medio en detrimento de sus ilusiones, empobreciéndose y dando espacio al surgimiento de síntomas, tanto físicos como psíquicos. Va perdiendo su entusiasmo inicial y encontrándose con el tedio en el desempeño de su rol. Es el comienzo de la llamada “fatiga profesional”
3. Ahora las defensas colapsan y la enfermedad se instala, las personas aceptan las frustraciones como parte de lo cotidiano. Suelen retraerse o estar malhumorados casi todo su tiempo laboral.
Otros síntomas que ponen evidencia el “burn out” suelen ser: creciente dificultad para la toma de decisiones, merma en la creatividad y en la búsqueda de nuevos recursos, mayor esfuerzo para lograr concentración y aumento significativo de situaciones de olvido. Suelen generarse sentimientos de perplejidad, irritación, enojos, sensación de impotencia, llegando a aborrecer la actividad laboral. Llegamos al quiebre de la vocación, es la identidad laboral lo que “se quema”.
Diversos factores suman a la instalación del burn out: altas sobrecargas de tarea, entornos desfavorables, horarios excesivos, falta de reconocimiento, o peor aún, excesos en las críticas de superiores y pares, poniendo en riesgo tanto la integridad como el desempeño de las personas.
Lic. Guillermo Vilaseca

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